El pasado 1 de febrero dedicamos el Análisis a las
elecciones catalanas. Ese día afirmé que era muy fácil opinar a toro pasado y
que, por tanto, yo lo iba a hacer en ese momento. Asimismo, dije que si me
equivocaba, reconocería mi error. Pues bien, como yo soy un hombre de palabra,
sirvan estas dicciones para reconocer que, en lo referente a Illa y el PSC, me
equivoqué. El Partit dels Socialistes de Catalunya, encabezado por el
exministro de Sanidad, ganó las elecciones. Eso sí, empatado a 33 diputados con
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
Nunca creí en el efecto Illa, pero la brutal debacle de Ciudadanos ha ejercido
de vaso comunicante de votos hacia los socialistas. A esto hay que sumar una
altísima abstención.
En lo que no me equivoqué fue en predecir un
abstencionismo histórico que, finalmente, ha sido del 46,45%. Tampoco erré al
decir que los ciudadanos que no acudirían a las urnas serían, sobre todo, del
bloque constitucionalista y que ello serviría para que los partidos
independentistas reforzaran su mayoría absoluta. Así, si antes de estos
comicios JxCat, ERC y CUP sumaban 70 diputados, ahora suman 74, y eso sin contar
los 8 de En Comú Podem. El bloque constitucionalista se queda, por tanto, con los
20 escaños que suman Vox, Cs y PP y, 53, si contamos con los 33 diputados
socialistas.
A partir de ahora, se abren las quinielas. Podrían seguir gobernando ERC y JxCat, con la abstención de la CUP, o bien formar un tripartito independentista contando con la formación antisistema. Por otro lado, podría haber un tripartito de izquierdas configurado por PSC, Esquerra y En Comú Podem. Sea el gobierno que sea, la llave la tiene Esquerra Republicana de Catalunya.
Habrá que estar atentos los próximos días para ver qué Ejecutivo se conformará finalmente en Cataluña.
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!