Buenos
días:
La comarca turolense del Bajo Aragón presentó el pasado martes el segundo volumen del libro Escríbelo, que recoge los trabajos ganadores de la cuarta edición (2019) del Concurso de Relatos Cortos que lleva el mismo nombre y que organiza el área de Patrimonio y Lenguas de la propia comarca. Así, La hierba apenas crece bajo los nogales, de José Agustín Blanco, y El Mondongo, de Luis Arrufat, son las obras que se pueden encontrar en dicho libro. Sin embargo y, tal y como explicaron fuentes de la institución en una nota de prensa, la característica que hace diferente esta publicación es que uno de los trabajos incluidos en el mismo, El Mondongo, además de estar presentado en castellano, tiene una versión en chapurriáu/aragonés oriental.
En el acto de presentación de la obra, aparte de los autores premiados, estuvieron presentes el presidente y el vicepresidente de la comarca del Bajo Aragón, Luis Peralta y José Manuel Insa, respectivamente, y la consejera de Patrimonio y Lenguas de la institución, María José Gascón. El público que asistió al evento disfrutó en todo momento e incluso llegó a emocionarse en algunas ocasiones.
Huelga decir que actos como el descrito, que se celebró en la sede comarcal del Bajo Aragón, en Alcañiz, son fundamentales no solo para la difusión de la escritura y la lectura, sino también, sobre todo, para la conservación y difusión de las modalidades lingüísticas aragonesas que aún se hablan en las comarcas orientales de nuestra comunidad. El aragonés oriental, conocido histórica y tradicionalmente como chapurriáu, chapurreáu o chapurreat, entre otras denominaciones, es una lengua minoritaria y minorizada que está sufriendo las imposiciones políticas dictadas por la Dirección General de Política Lingüística del Gobierno de Aragón. A este respecto, siempre recuerdo las palabras del lingüista estadounidense Noam Chomsky, investido doctor honoris causa por más de treinta universidades, entre las que se encuentran las de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de la Frontera de Chile o la Universidad de Tarragona, además de las de Londres, Pisa, Harvard, Columbia, Chicago y Buenos Aires, entre otras tantas. Chomsky afirma que “Ni políticos ni especialistas deben opinar en conflictos lingüísticos. Los científicos no tienen nada que decir sobre esto, tampoco los políticos pero sí el pueblo, que es el que usa el lenguaje”. Y es que somos los hablantes los que tenemos el derecho de nombrar y usar nuestra lengua materna. Terminaremos mentando la “Carta Europea de las Lenguas Minoritarias” de la UNESCO, tan manipulada por algunos sectores, la cual dice, “con respecto a las lenguas regionales o minoritarias”, que “las Partes se comprometen a tomar en consideración las necesidades y los deseos expresados por los grupos que empleen dichas lenguas”. Asimismo, señala que “las políticas y medidas adoptadas para aplicar la Carta” deben determinarse “en colaboración con los hablantes de la lengua pertinente”.
Desde la capital del
Somontano, ¡Feliz semana!