'El análisis' (lunes, 13 de enero de 2020)
Buenos
días:
Nos reencontramos pasadas las Navidades y, más recientemente, pasada una semana muy movida por distintos motivos. Desde el debate de investidura de Pedro Sánchez, en el que casi todos sus intervinientes se insultaron de mil modos y maneras, hasta la formación del nuevo Gobierno Frankenstein 2.0, sin olvidar la Supercopa de España de fútbol, en la que tanto el campeón como el subcampeón han sido dos escuadras que ni ganaron Liga ni Copa. Pero hoy me detendré en algo mucho más amable y legendario: las Cabalgatas de los Reyes Magos.
Si bien se considera que la Cabalgata más antigua es la de la localidad alicantina de Alcoy, documentada desde 1866, hoy haremos parada en la catalogada como la segunda más antigua de las que se realizan, la de Granada. Pero vayamos paso a paso.
Es tradición y algo muy típico que desde las carrozas que participan en el desfile de los Reyes Magos se lancen caramelos y otras chucherías a los niños que asisten al mismo. De hecho, es igualmente recurrente ver a personas de edad avanzada bregar con chiquillos por hacerse con un preciado caramelo. Incluso en algunas Cabalgatas hay quien lleva paraguas, no para protegerse de la lluvia, sino para conseguir más caramelos. Pero yo, al igual que Juanma Castaño, el año que viene quiero ir a la Cabalgata de Granada. Y es que no es para menos.
Nos reencontramos pasadas las Navidades y, más recientemente, pasada una semana muy movida por distintos motivos. Desde el debate de investidura de Pedro Sánchez, en el que casi todos sus intervinientes se insultaron de mil modos y maneras, hasta la formación del nuevo Gobierno Frankenstein 2.0, sin olvidar la Supercopa de España de fútbol, en la que tanto el campeón como el subcampeón han sido dos escuadras que ni ganaron Liga ni Copa. Pero hoy me detendré en algo mucho más amable y legendario: las Cabalgatas de los Reyes Magos.
Si bien se considera que la Cabalgata más antigua es la de la localidad alicantina de Alcoy, documentada desde 1866, hoy haremos parada en la catalogada como la segunda más antigua de las que se realizan, la de Granada. Pero vayamos paso a paso.
Es tradición y algo muy típico que desde las carrozas que participan en el desfile de los Reyes Magos se lancen caramelos y otras chucherías a los niños que asisten al mismo. De hecho, es igualmente recurrente ver a personas de edad avanzada bregar con chiquillos por hacerse con un preciado caramelo. Incluso en algunas Cabalgatas hay quien lleva paraguas, no para protegerse de la lluvia, sino para conseguir más caramelos. Pero yo, al igual que Juanma Castaño, el año que viene quiero ir a la Cabalgata de Granada. Y es que no es para menos.