Los escritores José Luis Fernández yVicente Marco. |
Estimados
lectores:
Hoy tenemos
el honor de volver a contar con la compañía y las palabras del filólogo José
Luis Fernández Juan. Este profesor de Lengua y Literatura publicó poco antes
del pasado verano su segundo libro: El diccionario de JLFL, “un libro
divertidísimo en donde creo palabras nuevas o nuevos significados a palabras ya
existentes”, explica el propio autor.
Buenos días, José Luis. Gracias
por estar de nuevo con nosotros. En primer lugar, defínanos qué es exactamente El
diccionario de JLFL.
Como su propio título indica, EL DICCIONARIO = un
diccionario y DE JLFJ = elaborado por José Luis Fernández Juan. Hasta aquí
sería un título de lo más convencional.
Sin embargo, este diccionario no es un diccionario al uso.
La gracia (en su más dual polisemia) descansa en que
las palabras que lo nutren tienen acepciones curiosas y novedosas creadas a
partir de la contorsión más libérrima que nos puede ofrecer la ludolingüística.
¿Qué necesidad consideró para escribir un volumen como este?
El anhelo de balancear lo obvio con lo velado desde la distorsión más
analítica de las sílabas de las palabras.
Me seducía la idea de trenzar los términos de las definiciones con otras
expresiones y conceptos para aportar a nuestra lengua diferentes perspectivas
de entendimiento.
Siempre me ha apasionado indagar con la especulación formal de las
palabras.
Se trataba de darle una vuelta de tuerca al lema “destruir para construir” para,
aplicándolo a las palabras, intentar formar un puzle en movimiento.
Y ¿cuál es la motivación del lector para adquirir este diccionario?
El lector disfrutará de la oportunidad de encontrar en este libro la
profundidad de lo más espontáneo y jovial del juego verbal.
Estos esparcimientos le llevarán por atractivos laberintos a los que puede
acceder desde el inicio de una búsqueda que le va a garantizar un recorrido de
sana y complaciente diversión.
Abromador, cutisfecho,
disimolar, chismorreo, escualofrío, gastonomía, tirita, Van
guardia… Estos son solo algunos ejemplos de los términos que aparecen
en su diccionario. ¿Qué significado adoptan?
Abromador: Chistoso atosigante
Cutisfecho: Orgulloso de su epidermis facial.
Disimolar: Aparentar que te gusta.
¡Chisssmorreo!: ¡Silencio, se besa!
Escualofrío: Estremecimiento que se experimenta al ver un tiburón.
Gastonomía: Arte de comer caro.
Tirita: Apósito que palpita de frío.
Van Guardia: Holandés adelantado a su tiempo.
¿Cuáles son sus palabras
favoritas?
Todas son favoritas: más favoritas, algo favoritas,
bastante favoritas, muy favoritas…
Le avanzo algunas que se pueden acoplar a cualquiera
de estas subdivisiones:
Oviejuna: Hembra vetusta del carnero que bebe de la
fuente de la que bebe el pueblo unido para defenderse de cualquier tirano que
intente someterles a cualquier vejación.
Ñapo: Añadidura masculina a modo de regalo.
Lisopor: Planta labiada de fragancia tan aromática que
si la aspiras reposadamente, te produce somnolencia.
Limherencia: Recibo, vía legado, de la imitación
maléfica del amor.
Ípsillon: Y confortable Y con dos brazos.
Sublimenal: Percepción de la excelsitud sin tener
conciencia de ella.
Sabático: Último piso de un edificio para descansar
después de 7 años de licencias.
Prorratear: Repartir roedores con tacañería
proporcional.
Zurrondar: Patrullar con macuto.
Yeguapa: Señora bella del caballo.
Tumefacto: Lento por estar hinchado. Su hermano Ipso
es más rápido.
José Luis Fernández Juan, autor del "El ciccionario de JLFJ". |
¿Cuántas entradas tiene el diccionario?
Casi 1.800.
¿También hay términos con más
de una acepción?
Sí.
¿Es su intención crear un nuevo
lenguaje?
La reconstrucción lingüística ha sido una constante en
la historia de nuestra literatura. No estoy creando nada nuevo. Autores como
Quevedo, Gómez de la Serna o Cela ya fueron auténticos referentes en la
materia.
Yo me limito a seguir una tradición de búsqueda y
experimentación para intentar conseguir desconocidas alhajas verbales talladas desde
la orfebrería más sutil.
Explotar los matices y recovecos de las palabras
garantiza higiénicos momentos de solaz; tanto para el autor que los produce,
como para el receptor que disfruta de esa producción.
¿Se ha puesto en contacto con
la RAE?
De momento, no. No obstante, en un futuro, sí pienso
mandarles el libro a ver si tienen a bien dar hospedaje a algunas palabras en
su no lugar.
¿Qué opinan sus alumnos?
Se ríen. Son un público fiel y agradecido. Yo les
animo a que se diviertan con la adivinanza, el descubrimiento y la relectura.
Ellos se percatan de que con las palabras no existe
una única línea; se puede piruetear de
lado a lado sin dirección fija.
En la asignatura de Lengua Española cada clase puede
crear un mini-diccionario con palabras propias. Una por alumno. Se apuntan
rápido a esta propuesta. Para nota. Aprendizaje cooperativo. Metodología
didáctica para la escuela inclusiva.
Les
encanta participar de la inversión del proceso; ellos se convierten en los
auténticos protagonistas y logran creaciones sorprendentes. Bastantes de sus
descubrimientos heterodoxos resultan más que admirables.
¿Habrá un segundo volumen con nuevos términos?
No. Con uno basta.
El segundo volumen que sí se va a publicar próximamente es el de Pinceladas
de Harmonía. Vamos por la cuarta edición y los lectores ya me están
solicitando la continuidad de las aventuras de Teodoro, Cynthia, Cloe,
Mepomucena, Atenógenes, Basualdo, Luana y demás.
Yo me debo a ellos; así que no se preocupen, que los nuevos futuros
episodios están garantizados.
José Luis, muchas gracias por atendernos;
enhorabuena por esta original obra y mucho éxito en sus próximas publicaciones.