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Ramón Gómez de la Serna. |
Queridos lectores:
Hoy voy a tratar
sobre las greguerías del genial Ramón Gómez de la Serna. Concretamente, he
seleccionado, analizado y comentado 6 greguerías. Espero que os gusten.
SELECCIÓN Y
ANÁLISIS DE SEIS GREGUERÍAS
"No
hay que tirarse desde demasiado alto, para no arrepentirse en el camino".
El autor nos da
cuenta de su visión personalizada sobre la difícil andadura por la vida. Esta
visión vanguardista es un tópico común en nuestros días. La certeza de que
erramos constantemente a lo largo de nuestra existencia es algo natural, como
lo es a su vez el hecho de que constantemente nos arrepentimos de muchos yerros
y decisiones. Nos plantea el rehuir de la duda. Nos invita a que apelemos al
convencimiento en cualquiera de las decisiones que el ser humano deba tomar en
la vida.
"Hay
lápices nacidos para morir en la tumba del afilalápices".
En esta greguería, Ramón Gómez de la Serna apuesta por mostrar su óptica realista dentro de las vanguardias para opinar de cómo muchos escritores solo escriben cosas banales, que no gozan de calidad alguna. Gómez de la Serna ataca, así pues, a aquellos autores que defienden "el arte por el arte" y ataca también la literatura regida por principios didácticos.
Es una crítica a
aquellos que escriben y pasan inadvertidos por el mudo literario. Solo se
recordarán esos lápices, no por la brillantez de las letras que escriban sino
por estar condenados a consumirse sin pena ni gloria en las fauces de un afilalápices.
"Los
médicos prohíben las perdices, pero ellos se atracan de ellas".
Lenguaje metafórico
pero, en este caso, bastante transparente. Muestra un viejo tópico que prueba o
intenta hacer ver cómo todo aquello que los médicos censuran a sus pacientes
suelen ser, a su vez, sus mayores debilidades. Como reza el refrán: "En
casa del herrero, cuchillo de palo".
"Cuando
se caen las tijeras al suelo, parece que se ha caído un gimnasta del
trapecio".
Aquí tenemos una
metáfora prosificada, o una prosa metafórica, que establece un símil entre la
caída de un trapecista con la de un objeto de carácter cotidiano como son unas
tijeras al caer de forma abierta. Esta greguería nos recuerda al realismo
moratiniano en sus Apuntaciones sueltas de Inglaterra. Este comentario
es de fácil adscripción al género costumbrista.
"Ese
muellecito que llevan por rabo los cerdos, es para que al darles una patada
salgan más disparados".
Literatura de lo
absurdo. Resulta difícil imaginar que la utilidad del rabo de un cerdo sea la
de imprimir más velocidad a sus acciones, si se emplea con función de muelle.
Incluso metafóricamente es difícil imaginar lo que el autor habrá querido decir.
Seguramente, le habrá venido esa imagen a la mente y la habrá plasmado con el
descaro propio del espíritu vanguardista. Aunque quizá se pueda extraer una
idea camuflada, la de que en esta vida nuestra encontramos la presencia de
personas, verdaderamente, de mala fe, y cuanto más grande es esta, mayor podrá
ser su rechazo por parte de la sociedad.
"Al
cocinero inexperto se le caen los ajos".
Por
fin nos encontramos ante una greguería que refleja la bisoñez vanguardista que
proporciona una acertada visión clásica plasmada en una metáfora que se ha
inmortalizado gracias a su gran clarividencia y a su sentido de fondo.
Ciertamente, viene a referirnos el hecho de que cuando alguien emprende una
empresa difícil y novedosa, reiterando su inexperiencia innata, es lógico que sufra
tropiezos siempre en sus inicios. ¿Está Gómez de la Serna pidiendo disculpas de
antemano por los errores que puedan darse en esta nueva etapa vanguardista?
Selección y análisis: Héctor Castro