El análisis, con Héctor Castro (Audio Cope).
Cope Alto Aragón (Cope Barbastro) 106.9 FM
Buenos días.
El pasado fin de semana debo decir que me embargó la
nostalgia al leer una noticia publicada por Imanol Jiménez, de la Agencia EFE.
¿Quién no recuerda esas cabinas telefónicas que apenas dos décadas atrás
formaban parte del mobiliario público de ciudades y pueblos de España? ¿Quién
no recuerda esas colas para llamar por teléfono, sobre todo los viernes y los
fines de semana por la noche? Seguro que todos ustedes, excepto los más
jóvenes, utilizaron en alguna ocasión una de esas cabinas. En las ciudades era
habitual toparse con un buen número de ellas sin necesidad de caminar en
exceso. En los pueblos más pequeños siempre había una en la plaza Mayor.
Pues bien, actualmente solo quedan en activo 15.000
cabinas en España. Puede parecer una cifra elevada, pero no lo es. Para
comprobarlo, solo tienen que dar un paseo por su localidad y contar con cuántas
de ellas se encuentran. Las cabinas telefónicas más auténticas son aquellas
integrales, es decir, esas que parecen un armario en el que uno debe entrar
para poder hacer uso de las mismas. Hasta Antonio Mercero le dedicó una angustiosa
película en 1972 bajo el título homónimo y protagonizada por José Luis López
Vázquez.
Según detalló la agencia de noticias EFE, en la
actualidad, desde cada cabina se efectúa como media una llamada a la semana. El
coste que le supone a Telefónica el mantenimiento de este servicio es de cuatro
millones de euros al año.
La telefonía móvil ha revolucionado nuestra sociedad y nuestra manera de comunicarnos. El encanto vintage de las cabinas telefónicas ha hecho que la empresa iUrban trabaje en “la reconversión de cabinas telefónicas para su aplicación como puntos de recarga móvil y oficinas de información turística 2.0 abiertas todos los días del año”. Y es que el fin del servicio de las cabinas telefónicas se prevé para el próximo año, pues como explica EFE, “el convenio universal de Telefonía que regula la distribución de estos dispositivos está en vigor hasta el 31 de diciembre de 2021 y se prevé que para finales de año salga un nuevo reglamento que deje sin efecto el actual acuerdo o lo transforme”.
Así pues, posiblemente la mayor parte de esas 15.000 cabinas que aún permanecen continuarán adornando las calles pero ofreciendo un servicio informativo, turístico y/o de recarga a través de pantallas interactivas.
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!
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