Buenos días.
La semana pasada presenciamos un sainete
político a nivel nacional que, aunque tuvo su epicentro en Murcia, participaron
de él otras comunidades autónomas, siendo Madrid la más destacada. Un sainete
que, por cierto, aún no ha concluido.
Ciudadanos, junto con el PSOE, registró el
pasado miércoles una moción de censura en la Región de Murcia así como en el
Ayuntamiento de la ciudad homónima. De este modo, el partido naranja rompe
bruscamente los puentes con el PP, formación con la que hasta ahora gobernaba
en ambas instituciones.
Pero con lo que no contaban ni
Ciudadanos ni su presidenta, Inés Arrimadas, es con que hubiera un giro
dramático en los acontecimientos, como diría aquel. Así, la presidenta de la
Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, disolvió su Gobierno y convocó
elecciones para evitar, según dijo, una moción de censura también en Madrid.
Ciudadanos negó la mayor y cargó contra Díaz Ayuso acusándola de romper
unilateralmente la coalición de gobierno. A PSOE y Más Madrid les faltó tiempo
para, unas horas después, registrar sendas mociones de censura en la comunidad.
Pero lo cierto es que Ayuso ya había convocado elecciones para el próximo 4 de
mayo. Por su parte, el alcalde de la capital de España, el popular José Luis
Martínez-Almeida, y la primera teniente de alcalde y concejal de Ciudadanos,
Begoña Villacís, reafirmaron públicamente su buena sintonía y la fortaleza de
la coalición en el consistorio capitalino. En Castilla y León el PSOE registró
posteriormente otra moción de censura, pero el partido de Arrimadas ha
anunciado que votará en contra de la misma. Asimismo, los naranjas y los
populares también han hecho gala de la fortaleza de su pacto en Andalucía.
Pero el giro dramático en los
acontecimientos continuó el viernes para Cs, y es que ese día tres de los seis
diputados murcianos de la formación naranja anunciaron que no secundarían la
moción en el Gobierno regional. La opereta continuó con nombramientos y
expulsiones el fin de semana, pero no vamos a dar pie a más actos de esta
tragicomedia que promete, sin duda alguna, continuar en los próximos meses.
El resultado de todo este sainete es que
Ciudadanos queda más que tocado, sino hundido. Yo creí que Inés Arrimadas
podría reanimar la formación naranja pero, visto lo visto, me parece que le ha
dado la puntilla. Ha hecho de Ciudadanos un socio no fiable y ha
retroalimentado el aire que hace del mismo un partido veleta. La situación de
Cs es ahora crítica y se jugará su ser o no ser, en los comicios madrileños.
Por otra parte, las decisiones del Partido Popular marcarán también su devenir
y, al igual que la formación naranja, este se dirimirá en las urnas el próximo
4 de mayo. En cuanto al PSOE de Pedro Sánchez, tampoco sale muy bien parado, ya
que ha visto cómo su calculadísima y, a la vez, maquiavélica planificación
política ha hecho aguas por todos lados. De toda esta situación, la única
formación que ha salido ganando es Vox, que se ha limitado a verlas venir.
Es una pena comprobar en manos de
quiénes estamos los ciudadanos españoles. Está claro que a la política española
le falta amplitud de miras y sentido de Estado.
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz
semana!
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