Buenos días:
Recordarán
que el pasado lunes dediqué el Análisis a Margarita Robles, de quien dije que,
“Sin duda, se trata de una mujer con mucho criterio que, sin caer en la
deslealtad gubernativa, marca tendencia y fija posiciones propias”. Pues bien,
hoy quiero dedicarle este espacio a otra parlamentaria, a Ana Oramas, y no
porque sea mujer o porque esté de acuerdo con todos sus postulados, sino porque
me parece la mejor representante política de nuestro Parlamento y la diputada
con mejor oratoria.
Ana Oramas, de Santa Cruz de Tenerife, es la portavoz del Grupo parlamentario de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados. Considero que se trata de una mujer con las ideas claras y con una personalidad arrolladora que le permite anteponer la conciencia a las presiones políticas, incluidas las que vienen de su propio partido. Además, transmite pasión en sus intervenciones y defiende Canarias con todas sus fuerzas. Ojalá en Aragón tuviéramos muchos políticos como ella.
La portavoz del Grupo canario me parece la mejor parlamentaria española, por encima de cualquier otro diputado. Como he dicho al principio, no estoy haciendo esta reseña por esas estultas, estólidas y demagógicas prácticas denominadas cuotas de género, listas cremallera, etc., que no son más que iniciativas que denigran tanto a hombres como a mujeres. Si pienso que Oramas es la mejor portavoz de la Cámara Baja, es porque aprecio su valía y capacidad personales, por encima de si se trata de una mujer o de un hombre.También
he dicho que no comparto todas las ideas que la política canaria traslada. Por
poner un caso: yo no estoy de acuerdo con su vaivén sobre el asunto saharaui, pero no por ello dejo de reconocer
su capacidad política y de gestión. Por cierto, ya que mentamos el tema del
Sáhara Occidental, yo soy de los que opina que España tiene la obligación de defender
a los saharauis y de exigir que se cumpla de una vez la resolución de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) que establece un referéndum de autodeterminación
–libre y no manipulado- para el Sáhara Occidental. Aunque claro está, siendo un
mandato de la ONU, es como si fuera un mandato de la Alianza Interplanetaria Unida para los Intereses de los de Siempre.
Y en cuanto al drama humanitario de la inmigración de personas provenientes de
Marruecos, España, y Europa, deben mantenerse firmes ante el rey alahuí porque,
cuando no se trata de la excusa del Sáhara se trata de cualquier otra razón
infundada que siempre hace que Mohamed VI chantajee al Gobierno español.
Pero
volvamos al tema central que nos ocupa. Como ven, en democracia es factible
admirar a personas con las que compartes, o no, planteamientos políticos.
Cierto es que sí coincido con Oramas en otras muchas cuestiones que tan
vehemente defiende en el Hemiciclo. Desde la distancia y la prudencia que ello
me obliga, la diputada canaria me parece una persona íntegra, honrada, valiente
y muy capaz, y espero no equivocarme. Además, tiene una retórica espectacular y
una mente privilegiada. Ojalá se pudiera votar a Ana Oramas como presidenta de
España.
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!
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