Buenos días:
Ayer, 18
de octubre, se cumplieron 66 años del anuncio, por parte de las empresas Texas
Instruments (TI) e Industrial Development Engineering Associates (I.D.E.A.), de
la fabricación de la primera radio a transistores, es decir, lo que
conoceríamos en España con el nombre de transistor. Este primer transistor, que
se denominó Regency TR-1, estaba basado en un prototipo de 1951 que había
realizado Texas Instruments. El diseño exterior de la TR-1 lo llevó a cabo Painter,
Teagua and Petertil, una empresa subcontratada por I.D.E.A. De hecho, en la
elaboración de este pequeño aparato electrónico participaron distintas empresas
de diferentes disciplinas.
En
noviembre de 1954, apenas un mes después de su presentación, se puso a la venta
esta primera radio a transistores. En total se vendieron cerca de 150.000 TR-1.
Los colores más populares fueron el rojo, el blanco marfil y el negro. Los
transistores, aunque inicialmente tenían una peor calidad de sonido que las
radios a válvulas, acabarían siendo muy populares y, en el futuro, destronarían
a las radios de grandes dimensiones. Las Regency TR-1 tenían unas dimensiones
de 7,62 x 12,7 x 3,175 centímetros y un peso de 340 gramos, incluyendo una pila
de 22,5 voltios. Sorprendentemente, este modelo de pila todavía se fabrica y
comercializa. Esta radio salió al mercado con un precio de 49,95 dólares y, de
manera opcional, se podía adquirir un auricular por 7,50 dólares. Así pues,
estamos hablando de cifras muy elevadas para la década de los años 50 del
pasado siglo.
Los transistores
fueron muy populares en los años 60, 70 e incluso 80 del siglo XX. Se
convirtieron en el principal dispositivo de comunicación de su tiempo, ya que
los radioyentes podían escuchar noticiarios, música y los diferentes programas
en cualquier lugar, debido al reducido tamaño y peso de estos aparatos.
Llegados
a este punto, me invade cierta nostalgia al recordar esas tardes de invierno en
las que ya fueran programas de entretenimiento, canciones de moda o
retransmisiones deportivas invadían el interior de casa a través de esta
pequeña radio.
Por
cierto, aunque ya hace varias décadas que los transistores han sido superados
tecnológicamente, estos aún se resisten a desaparecer. ¿Quién no se ha cruzado
alguna vez por la calle con una persona mayor que lleva una de estas pequeñas
radios pegada a la oreja? Yo he de confesarles que en una estantería de mi
habitación aún luce un transistor setentero.
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!
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