'El análisis' (lunes, 3 de febrero de 2020)
Series y programas de TV de los 80
Cope Alto Aragón (Cope Barbastro) 106.9 FM
Buenos días:
Hoy me permitirán que me aleje de la actualidad y de nuestra demacrada realidad política para centrarme en algo mucho más amable: la televisión y sus programas y teleseries y, en el caso que nos ocupa, aquellas series y espacios televisivos de los años 80 del siglo pasado que tanto nos fascinaron a muchos de nosotros.
Así pues, hoy me pondré el traje de crítico televisivo, pero no al uso, sino que trataré de arrancarles algunas sonrisas con comentarios y preguntas que muchos nos hemos planteado alguna vez sobre nuestros programas favoritos.
Comenzaré dándoles un consejo: Nunca inviten a su casa a la famosa escritora Jessica Fletcher. ¿Es que nadie se daba cuenta de que a toda fiesta, celebración, presentación de libro o inauguración cultural a la que acudía la autora se producía siempre algún crimen? Ello me lleva a una conclusión: O Jessica Fletcher es la persona más gafe del mundo o, realmente, era ella la verdadera autora de los asesinatos que se sucedían en Se ha escrito un crimen (Murder, She Wrote), una serie de televisión detectivesca que llegó a nuestras pantallas en los años 80.
A continuación me referiré a mi serie de cabecera. Uno de mis sueños sigue siendo el de conducir una GMC G-15 Vandura de 1983 de color negro con una franja roja. Efectivamente, me estoy refiriendo a la mítica furgoneta de El Equipo A (The A-Team). Los integrantes del grupo estaban buscados por tierra, mar y aire por el Ejército y por todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de los Estados Unidos. De hecho, la entradilla de la serie ya explicaba que “En 1972 cuatro de los mejores hombres del Ejército americano, que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todavía por el Gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizá pueda contratarlos... ¡El Equipo A!”. Sin embargo, siempre viajaban con aquella fabulosa, a la par que legendaria, furgoneta negra con una franja roja en los laterales y en el alerón trasero. Sin duda, un vehículo que siempre llamaba la atención pero que, no obstante, nunca nadie relacionaba con el grupo de fugitivos por lo que no avisaba a los militares norteamericanos. Por cierto, en muchas de las ocasiones en las que nuestros protagonistas eran apresados, siempre los encerraban en algún lugar en el que había las herramientas y los artilugios necesarios para poder escapar de allí. Algo similar le sucedía al agente de la Agencia Phoenix Angus MacGyver, quien también conseguía evadirse de aquellos espacios en los que a veces era encerrado por diferentes villanos, ya que MacGyver era capaz de construir cualquier artefacto con la simple ayuda de su inseparable navaja suiza, lo que demuestra que, posiblemente, trabajó también como ferretero.
Una pregunta que también me ha perseguido desde mi más tierna infancia es la siguiente: ¿Cómo era posible que Planeta imaginario (Planeta imaginari y Planeta imaginario), un programa que asustaba a muchos niños y cuya sintonía musical ya era inquietante, estuviera destinado precisamente al público infantil?
Cope Alto Aragón (Cope Barbastro) 106.9 FM
Buenos días:
Hoy me permitirán que me aleje de la actualidad y de nuestra demacrada realidad política para centrarme en algo mucho más amable: la televisión y sus programas y teleseries y, en el caso que nos ocupa, aquellas series y espacios televisivos de los años 80 del siglo pasado que tanto nos fascinaron a muchos de nosotros.
Así pues, hoy me pondré el traje de crítico televisivo, pero no al uso, sino que trataré de arrancarles algunas sonrisas con comentarios y preguntas que muchos nos hemos planteado alguna vez sobre nuestros programas favoritos.
Comenzaré dándoles un consejo: Nunca inviten a su casa a la famosa escritora Jessica Fletcher. ¿Es que nadie se daba cuenta de que a toda fiesta, celebración, presentación de libro o inauguración cultural a la que acudía la autora se producía siempre algún crimen? Ello me lleva a una conclusión: O Jessica Fletcher es la persona más gafe del mundo o, realmente, era ella la verdadera autora de los asesinatos que se sucedían en Se ha escrito un crimen (Murder, She Wrote), una serie de televisión detectivesca que llegó a nuestras pantallas en los años 80.
A continuación me referiré a mi serie de cabecera. Uno de mis sueños sigue siendo el de conducir una GMC G-15 Vandura de 1983 de color negro con una franja roja. Efectivamente, me estoy refiriendo a la mítica furgoneta de El Equipo A (The A-Team). Los integrantes del grupo estaban buscados por tierra, mar y aire por el Ejército y por todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de los Estados Unidos. De hecho, la entradilla de la serie ya explicaba que “En 1972 cuatro de los mejores hombres del Ejército americano, que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todavía por el Gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizá pueda contratarlos... ¡El Equipo A!”. Sin embargo, siempre viajaban con aquella fabulosa, a la par que legendaria, furgoneta negra con una franja roja en los laterales y en el alerón trasero. Sin duda, un vehículo que siempre llamaba la atención pero que, no obstante, nunca nadie relacionaba con el grupo de fugitivos por lo que no avisaba a los militares norteamericanos. Por cierto, en muchas de las ocasiones en las que nuestros protagonistas eran apresados, siempre los encerraban en algún lugar en el que había las herramientas y los artilugios necesarios para poder escapar de allí. Algo similar le sucedía al agente de la Agencia Phoenix Angus MacGyver, quien también conseguía evadirse de aquellos espacios en los que a veces era encerrado por diferentes villanos, ya que MacGyver era capaz de construir cualquier artefacto con la simple ayuda de su inseparable navaja suiza, lo que demuestra que, posiblemente, trabajó también como ferretero.
Una pregunta que también me ha perseguido desde mi más tierna infancia es la siguiente: ¿Cómo era posible que Planeta imaginario (Planeta imaginari y Planeta imaginario), un programa que asustaba a muchos niños y cuya sintonía musical ya era inquietante, estuviera destinado precisamente al público infantil?
Otra más. ¿Por qué muchos niños buscábamos en los
orificios y huecos de nuestras casas a Los diminutos (The Littles),
si sabíamos que eran seres ficticios? ¿O no?
Y, para finalizar, el programa de los 80 que más
preguntas ha suscitado siempre: Barrio Sésamo. Primera: ¿Por qué el
erizo Espinete siempre iba desnudo y, sin embargo, para tomar el sol y bañarse
se ponía bañador y para dormir, pijama? Segunda: ¿Quién o qué era Don Pimpón? Y,
tercera: ¿De qué vivía Julián, el quiosquero, si siempre regalaba chucherías a
diestro y siniestro?
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz y divertida
semana!
Hola Héctor,
ResponderEliminar¡Ja, ja, ja! Me hiciste reir a carcajada limpia, además de recordar tiempos pasados. Espero una segunda parte de este tema...
Abrazos
Hola, Francisco:
EliminarMe alegra ver que conseguí arrancar unas sonrisas :) No descarto una segunda parte :)
Un abrazo.