'El análisis' (lunes, 25 de febrero de 2019)
'Manual de Lenguaje inclusivo con perspectiva de género del Gobierno de Aragón'
El análisis, con Héctor Castro (Audio Cope).
Cope Alto Aragón (Cope Barbastro) 106.9 FM
El análisis, con Héctor Castro (Audio Cope).
Cope Alto Aragón (Cope Barbastro) 106.9 FM
Buenos días.
Señoras,
señores, criaturas, iniciamos una nueva singladura de este espacio, El análisis, y huelga decir que deseo
que sea del agrado de todos y de todas ustedes. En primer lugar, hoy quisiera
agradecer a todas aquellas mujeres y a todos aquellos hombres, o viceversa, que
me han hecho llegar sus comentarios acerca de esta sección. Porque, sin los y
las oyentes, o escuchantes, como se dice ahora, no sería posible diseccionar un
nuevo tema cada lunes. Vaya, pues, mi más sincera gratitud a todos aquellos y a
todas aquellas, o al revés, que sintonizan Cope Alto Aragón.
No
piensen que me he vuelto lelo o que estoy rindiendo un homenaje a la oratoria
de Juan José Ibarretxe, no. Simplemente, estoy intentando aplicar el manual de Lenguaje inclusivo con perspectiva de género que ha elaborado el profesor titular de
Lingüística General e Hispánica de la Universidad de Zaragoza José Luis Aliaga
por encargo de la Diputación General de Aragón (DGA), presidida por Javier
Lambán.
Así
pues, según este manual que nos propone el Gobierno de Aragón, es preferible
decir “criatura” que “niña” o “niño”, aunque también avala la fórmula de “la y el infante”, algo totalmente
contradictorio porque existe la palabra “infanta” definida también como “niña
de corta edad”. Esta fantástica guía también sugiere utilizar la expresión
“personal de enfermería” en lugar de “enfermero” o “enfermera” aunque,
paradójicamente, dice que “la política de igualdad de género debe recomendar la
forma femenina de todos aquellos términos que la poseen de manera consolidada y
también la de aquellos cuya forma femenina
ha adquirido ya un cierto grado de frecuencia de uso”, como “la gerenta”.
El tratado también aconseja prescindir de los plurales masculinos por
sustantivos colectivos, como es el caso de hablar de “la plantilla” en lugar de
“los empleados”.
Si les soy sincero, llevo varias semanas sin dormir pensando en si soy un periodista o un periodisto; si tengo que ir al y la dentista, o a la dentista y al dentisto; y si nuestro presidente Lambán es socialista, o sociolisto.
Bueno, llegados a este punto, debo decir y, les pido disculpas de antemano, que en este país vamos sobrados de gilipolleces. Vamos a ver, si de verdad queremos acabar con la lacra del machismo, más nos valdría acrecentar los recursos en Educación -cuidado, he dicho en Educación, que no en adoctrinamiento-, aumentar los proyectos de formación e invertir más en prevención, en lugar de gastar pingües cantidades de dinero en deteriorar el idioma. Todos sabemos lo que es la economía del lenguaje, al igual que sabemos que los hablantes tienden a simplificarlo. Así que, personalmente, creo que es preferible llegar a un consenso y utilizar, o bien el masculino plural o bien el femenino plural para referirnos a una colectividad, en lugar de hacer desdoblamientos innecesarios que solo consiguen incómodas redundancias.
Damas y caballeros, desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!
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