'El análisis' (lunes, 12 de noviembre de 2018)
Buenos
días.
Desde
siempre me ha gustado mucho el teatro y, en general, todas las artes escénicas.
De hecho, yo mismo he hecho teatro amateur y he participado como personaje
extra en algunas películas. Pero, como al resto de público en general, me
gustan las buenas funciones. Sin embargo, la semana pasada tuvo lugar en Madrid
una penosa representación, según mi punto de vista. El ministro español de
Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, firmaron
un acuerdo para crear un “grupo de ciberseguridad” para analizar conjuntamente la
difusión de noticias falsas por internet que tengan la intención de influir en
la política interna de otros países. Se da por supuesto que, aparte de
analizarlas, trabajarán para atajarlas, aunque todavía no se ha facilitado
ningún tipo de detalle de esta operación.
Claro
está que este “grupo de ciberseguridad” tendrá un coste económico y que lo
pagaremos entre todos los ciudadanos. Creo que no hacía falta crear ningún
cuerpo especial ni para analizar ni para atajar los mensajes falsos que corren
por la red. De hecho, en España se insulta e injuria por internet impunemente
y, el pasado mes octubre, el Gobierno y sus adláteres pactaron, entre otros,
eliminar los delitos de enaltecimiento del terrorismo y de ofensa a los
sentimientos religiosos. Por cierto, los valientes
que faltan al respeto religioso, siempre lo hacen contra los católicos, porque
saben que estos son los únicos que siempre pondrán la otra mejilla y que nunca
reaccionan con violencia.
Pero
si de verdad el Gobierno quiere atajar las fake
news, no es necesario que mire hacia Rusia u otros territorios lejanos,
puede empezar por suprimir las cocciones del CIS, un supuesto Centro de
Investigaciones Sociológicas que el Gobierno de turno utiliza para sus propios
intereses a través de unos cocineros
que, bajo el mandato del actual Gobierno frankenstein,
no es que cocinaran los resultados, sino que directamente se dejaron quemar
totalmente todos los platos del último barómetro de intención de voto de los
españoles. Y si no tuvieran suficiente con el CIS, pueden continuar con RTVE,
un organismo público que ha batido récords de desinformación bajo el mandato
del presidente Pedro Sánchez y de su vicepresidente
en la sombra y en la luz, Pablo Iglesias.
En
lugar de destinar cuantiosas partidas económicas a un organismo supraestatal
que no va aportar nada a los españoles, el Gobierno debería invertir en
Educación para poder formar a los estudiantes de este país y que estos adquieran
un sentido crítico para que sean capaces de forjar sus propias opiniones y de
desechar las informaciones espurias. Sin embargo, en este país tenemos un
sistema educativo infausto que, a menudo, es una estructura de adoctrinamiento
moral, político y socio-económico por parte del Gobierno central y de Gobiernos
autonómicos.
Desde
la capital del Somontano, ¡Feliz semana!
De sondeos electorales II
Vuelve 'El análisis', en Cope Alto Aragón
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