lunes, 16 de mayo de 2016

Entrevista a José Luis Fernández Juan, autor de "Pinceladas de Harmonía"

José Luis Fernández juan

José Luis Fernández Juan es licenciado en Filología Hispánica y Filología Valenciana por la Universidad Literaria de Valencia. Desde 1996 trabaja como profesor de ESO y Bachillerato en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar de Valencia. En 2014 publicó el libro Pinceladas de Harmonía, que el propio autor describe como “deliciosamente diferente, innovador y entrañable”. Fernández Juan señala que su obra destila “valores humanos y retóricos, por su reflexión, por su humor y por su espíritu positivo de alegría vital”. El propio autor explica que, “estilísticamente, sería la adaptación del Culteranismo y conceptismo (del siglo XVII) y de las Vanguardias y Modernismo (de principios del XX) a nuestro siglo XXI aplicado de forma amena y divertida”. El libro, indica José Luis Fernández Juan, “es muy recomendable como material didáctico para la asignatura de Lengua Castellana y Literatura de cualquier colegio de habla hispánica”. Su blog es http://www.pinceladasdeharmonia.com


Estimados lectores:

Es un placer y un honor para mí presentaros hoy a José Luis Fernández Juan, un filólogo y escritor valenciano que innova continuamente en el mundo de la pedagogía, quien nos hablará de su exitosa novela Pinceladas de Harmonía.

P- Buenas tardes, José Luis. Primero de todo, permíteme preguntarte por qué utilizas una palabra ya en desuso como es “harmonía” con h.

R- Buenas tardes, Héctor y muchas gracias por tu invitación. Te comento; urgía la necesidad apremiante de rescatar un vocablo tan injustamente infraempleado. Aspirando su luminosidad y soplando su placer por la vida escucharás su cadente eufonía.

Curiosamente la cadencia de las frases de “Pinceladas” representaría la concordia y la avenencia que existe en el pueblo de Harmonía. Aquí la decadencia ni tiene cabida ni volumen ni espacio.

Lontario, propietario del macrobazar de Harmonía, tiene una planta dedicada a rendir homenaje a palabras bellas, que merecen recibir una segunda oportunidad para poder salir de su parcial deshabituación, entre ellas, “Harmonía”.

P- ¿Estamos ante una novela clásica?

R- La reminiscencia clásica de “Pinceladas” nace del arquitecto Atenógenes Karsten, que llega de Grecia con su esposa Alysa y sus vástagos Adara, Adelfos y Anáis. Entre sus múltiples edificaciones erigidas destaca un apolíneo gimnasio de arquitectura clásica llamado Gym Air. A partir de ahí, se expande este clasicismo por la narración, pero fusionándose con la vanguardia más contemporánea.

Cada protagonista elige entre tradición, modernidad o fusión entre ambas. Precisamente la licuefacción entre el folclore y la innovación, a todos los niveles, es uno de los rasgos más sólidos de la novela.

P- ¿Cuál es el estilo literario de Pinceladas de Harmonía?

R- Los lectores me comentan a menudo que el peculiar estilo literario de la obra es lo que les seduce de inmediato. Este estilo se opondría a la previsible restricción realista y apostaría por la libertad formal y el juego verbal calculado.

Interesa tanto que las palabras signifiquen como que sugieran. La plasticidad de las imágenes y el potencial semántico del vocabulario configura el colorido sensitivo del aroma harmónico.

P- Indicas que en la obra has adaptado el Culteranismo, Conceptismo, las Vanguardias de principios del siglo XX y el Modernismo. Explícanos cómo consigues esa sinergia.

R- El espíritu renovador y emprendedor del estilo harmoniense acaricia el gusto por la retórica más alegórica. Los juegos de palabras son constantes y tienen como objetivo honrar la belleza con imágenes hermosas y delicadas. El vigor de todos los elementos unidos robustece la globalidad del estilo combativo de la obra.

P- ¿Se trata de un libro optimista?

R- De pequeño, escuché una canción de John Lennon que me hizo entender que no tiene que haber dolor en el alma de la gente. La canción se titulaba “There’s a place” y en ella Lennon contaba que hay un lugar en donde uno puede ir cuando está triste; ese lugar es la mente de uno mismo. Allí no existe el tiempo. Los avatares de la vida serán cómicos o trágicos según los filtre tu mente. Todo es interpretable.

Cuando observas cómo se desenvuelven en el día a día, personajes como el poeta Novenio, la taxista Mepomucena, el corregidor Sandor, el carpintero Régulo o la artista Omara entenderás que su actitud existencial sea contagiable. Apuestan decididamente por la buena onda y llevan una vida plena.


pinceladas de harmonía


P- Cuéntanos algo de la trama.

R- La ingeniera Cynthia y su amiga Cloe reanudan su vínculo de confraternidad que dando a comer en el restaurante “Zumo de fresas” de sus también amigos Lisardo y Lucía. Allí mientras degustan gastronomía moderna, platican sobre lo que ha sido su vida durante este intervalo de ausencia.
Mientras conversan, Omara, la vástaga de Gascón, el gurú del arte contemporáneo, intenta empaparse de la pericia artística de su progenitor y diseña su ópera prima. La expondrá en la galería de arte “Clepsidra” regentada por la juglaresa Fidriana. Esta, que llegó de vacaciones a Harmonía atraída por su nombradía, decide tomarla como hábitat tras probar el irresistible atractivo de su gastronomía y música. A su vez, jóvenes emprendedores como Benicio, Yalinka o Enzia deciden crear sus innovadores  propios negocios, debutando con sorprendente éxito. Entretanto en la Universidad de Arte Contemporáneo profesores permanentes como Claudio o profesores vocacionales como Lorelei, Aridany, Petronilo o Basualdo aportan su sabiduría desde la herencia revisada del vanguardismo más enriquecedor.

Y así sucesivamente. La trama son 17 entretenidas historias, independientemente entrecruzadas, que te instan a detenerte atentamente para abandonarte sin remisión a la más sugestiva reflexión y diversión.

P- ¿A quién va dirigido el volumen?

R- Va dirigida a lectores de edades comprendidas entre los 12 y 98 años aproximadamente, aunque cualquiera que no entre en este arco de edad, también está invitado a mirar y dejarse llevar por el fascinante juego y seducción de la atmósfera harmoniense.

P- A pesar de que se trata de una novela, utilizas un lenguaje muy poético, ¿cómo es la prosa poética que practicas?

R- La prosa poética de Pinceladas de Harmonía más que en contar sucesos, se basa en transmitir sentimientos desde la más absoluta libertad del pincel. Sus atrevidas cerdas marcan ritmos rebeldes que alternan la abstracción y la concreción, buscando el conocimiento desde la emoción más educativa.

P- El libro mezcla “conceptismo, reflexión, surrealismo y humor”. Danos algunos ejemplos de ello.

R- Uf… ¡Hay miles! Voy a intentar citarte ordenadamente un par de ejemplos sucintos de cada uno: comenzaremos con el conceptismo; el bajista Nano Nevárez llega a la tienda de figuras “Benny, Vidi, Vichy” y solicita figuras geométricas para su grupo. Ovidio, uno de los propietarios,  le ofrece la Elipse, la Parábola y la Hipérbole que estaban de oferta en la sección cónica. Nano le toma la Parábola. Otro ejemplo de conceptismo lingüístico acontece antes de despedirse Druso de la sexta pincelada. Druso, modelo de pies y clarividencia, decide epilogar recordándonos que “la serpentina de la fortuna es el azúcar espiritual de la plenitud”.
Gascón invita a reflexionar a sus pupilos sugiriéndoles que “la verdad de la belleza antepone la pasión a la digresión”. A la pregunta formulada por el preocupado Evelyno a la ludotecaria Anivderaleva sobre si la tecnología acabará remplazando al maestro, esta le tranquiliza con una contundente negativa, justificándola reflexivamente: “la educación se basa en las relaciones humana.
El surrealismo lo podemos evidenciar por ejemplo cuando Solimar invita a su floristería a la rosa Rosa, la protagonista de la fábula del cuentacuentos Daristóbulo. Rosa acepta ir con su estilo. Los admiradores de la bella Lorelei le repetían con insistencia y surrealismo que “sus sonidos son ecos de nectarina”.
Concluyo tu pregunta con ejemplos humorísticos. El ornitólogo Petronilo refiriéndose a sí mismo y a su aguda visión nos aclara que “sin tilde la visión sería llana”. Cuando Claudio le solicita al arquitecto Atenógenes para su nueva casa un diálogo temporal entre pretéritos y presentes, este rechaza la propuesta de Claudio del pretérito indefinido. Atenógenes lo rechaza “por vago”.
Los ejemplos conceptistas, reflexivos, surrealistas y humorísticos son permanentes y amalgamados; constantemente te van sorprendiendo.

P- En una sociedad en la que los valores están continuamente cuestionados y en crisis, ¿qué nos aporta tu obra?

R- La satisfacción de defender valores que nos dan trascendencia individual. La honestidad, la empatía, la solidaridad o la creatividad son valores asimilados por toda la población de Harmonía. El lector inmediatamente percibe desde su felicidad que los valores perdidos de nuestra felicidad son recuperables y garantizadores de una existencia más venturosa. Sin duda, la convivencia colectiva necesita humanizarse.

P- En el futuro inmediato, ¿tienes algún proyecto literario en mente?

R- Posiblemente el título de mi próximo libro tenga la última palabra de tu última pregunta.

- Muchas gracias, José Luis, y enhorabuena por tu trabajo. Espero que podamos volver a conversar con una nueva publicación tuya.

- Muchas gracias a ti, Héctor.


José Luis Fernández pinceladas de harmonía


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