Buenos días. Estos días pasados estaba yo leyendo diferentes periódicos así como visitando distintos portales informativos de Internet intentando decidirme por una noticia que analizar y, sin embargo, finalmente no me decidí por una sola noticia, sino que encontré tres hechos que consideré que podían interrelacionarse. El nexo común entre ellos es el "libro".
El primer hecho reseñable es el que hace referencia a la restauración a la que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) está sometiendo a una de las Biblias que salieron de la imprenta de Gutemberg en el siglo XV. En total se imprimieron entre 180 y 220 ejemplares en el taller de Gutemberg y esta obra, también llamada Biblia de las 42 líneas o Biblia Mazarina, es todo un icono de los inicios de la imprenta. El ejemplar que el IAPH está restaurando y que se conserva, en la actualidad, en la Universidad de Sevilla, es solo uno de los dos tomos en que se dividía esta Biblia. En Burgos hay otra copia y, en este caso, completa con los dos volúmenes.
Otro hecho que cautivó mi interés fue el que protagonizó un joven estadounidense de 31 años que regaló su e-book o libro electrónico a un mendigo. Al parecer, el joven observó que Paul siempre leía el mismo libro y decidió introducir cerca de 300 títulos en su e-book y regalárselo al mendigo. Paul agradeció mucho ese regalo y ahora tiene una variada oferta de libros que leer.
Finalmente, el tercer aspecto que quiero introducir es el de San Valentín, que lo conmemoramos el pasado 14 de febrero. Es una celebración que ha cogido muchos tintes comerciales pero que, aprovechando la coyuntura, que mejor que regalar un libro en esa efeméride.
Así pues, estos tres asuntos convergieron en mi mente en forma de códice. Comencé a pensar en la importancia de los libros, de leer y de saber buscar y encontrar entre los miles de títulos existentes. Clásicos, de ciencia ficción, de aventuras, de viaje, novelas históricas, biografías, de lingúística, técnicos... todos son válidos para formarnos y, a la vez, disfrutar con su lectura.
Hola Héctor,
ResponderEliminarno sabía lo del estadounidense y el mendigo y me pareció algo a reflexionar. Quizás añadiría, si me lo permites, algún aspecto de la celebración de San Valentín en lo que comentas de su interés comercial. Muchos son los que piensan equivocadamente que este día se inventó por unos grandes almacenes comerciales como una forma de hacer marketing. En realidad, el primer registro que existe sobre la comercialización de esta fecha la encontramos en una librería de Massachusetts durante la década de 1840. La hija del dueño, Esther A. Howland, ideó unas tarjetas postales con motivos románticos conocidas como “valentines” que se regalaban ese día. Solo costaban unos pocos centavos pero se convirtieron en un gran éxito de ventas. Aunque esta fiesta ya se celebraba quince siglos antes y fue eliminada del calendario eclesiástico en 1969, bajo el pontificado de Pablo VI, por considerar que sus orígenes provenían más de una leyenda que de la realidad. Leyenda que se origina a principios del siglo VI con un sacerdote de la Ciudad Eterna llamado Valentín. Así, el 14 de febrero pasó a tener santo pero sin celebración por parte de la Iglesia Católica.
Un abrazo y buen domingo
Hola, Francisco:
EliminarMuchas gracias por tu aportación que, sin duda alguna, más que un comentario es un nuevo artículo dedicado, en este caso, a la conmemoración San Valentín.
Un abrazo.