La iniciación templaria
Mucho
he mencionado a los "caballeros iniciados". ¿En qué consistía la tan
traída y llevada "iniciación"?
Los
aspirantes debían pasar unas pruebas que ponían en serio peligro su vida y su
fortaleza tanto física como psíquica. Muchos no podían resistir la prueba la
primera vez. Se trataba de comprobar su fortaleza y equilibrio ante la dura
vida del templario. A lo largo de sus campañas, batallas e intervenciones
debían estar preparados físicamente y mentalmente equilibrados para no
desfallecer. Debían tener acceso a la improvisación y espontaneidad equilibrada
con arreglo a los Códigos de Honor de la Caballería y la Regla Templaria.
Es decir, debían estar perfectamente "templados". La mentira era
duramente castigada en la Orden.
Quienes
habían pasado todas las pruebas, en una larga ceremonia nocturna eran
investidos caballeros iniciados por el maestre. Al final, este les entregaba la
capa blanca con la cruz.
Las
durísimas pruebas y la emotiva ceremonia de admisión "IMPRIMÍAN
CARÁCTER". El iniciado ya no era el mismo hombre. Era otro ser con las
facultades físicas, psíquicas, mentales e intelectuales mejoradas hasta lo
indecible. Ni él mismo, asombrado, se reconocía.
Si
uno quiere pertenecer a una de estas órdenes o escuelas, no puede aspirar a
pertenecer a ellas intentando ponerse en contacto con alguna. Son ellas las
que, de una forma su otra, irán a por ella de una manera disimulada, conociendo
la valía de esa persona.
La
ceremonia de admisión a cualquier orden, escuela iniciática u organización
secreta, una vez pasadas las pruebas psicológicas pertinentes, es
verdaderamente emotiva y también "IMPRIME CARÁCTER". Esta persona en
cuestión ya no será la misma, mejorando su forma de ser y su inteligencia.
Grandes
gobernantes, sobre todo de Francia y América, incluidos los Estados Unidos, han
pertenecido a una de estas hermandades secretas. Charles Degaulle perteneció al
Priorato de Sión, hasta que fundó una Orden con su nombre. Aquella Orden del
Priorato sigue teniendo gran poder en Francia. El 90% de científicos,
inventores, pensadores, filósofos, hombres de Estado, presidentes de naciones,
generales, etc., pertenecieron y pertenecen a una de estas sociedades secretas
iniciáticas positivas. Sociedades que nada tienen que ver con las diabólicas
sectas. Las principales son La Masonería, La verdadera Rosacruz y N.ª S.ª del
Priorato Sión. Pero, sobre todo, las dos primeras, las cuales según afirman
algunos autores investigadores, están presentes en el Vaticano.
Autor: Jesús Martínez
Pinceladas Templarias (1), por Jesús Martínez
Autor: Jesús Martínez
Pinceladas Templarias (1), por Jesús Martínez
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